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04 julio, 2012

¡Qué vivan los locos!

Hug consciousness...



Nunca he sido un ser gregario, soy solitaria y reflexiva, jamás he seguido a tontas y a ciegas las opiniones ajenas. Respeto a la sociedad y finalmente he aprendido que no nos podemos escapar de la convivencia, aunque a veces quisiera...

Mis sueños siempre han sido los mismos, algunas veces nacen nuevos bríos y el sendero se bifurca acortando o alargando la llegada al mismo cauce… ese en donde partí. Me he desviado por avaricia, por desesperanza, por tristezas, por inflexibilidad; ese ego maldito aferrado, en fin… Todas esas estúpidas emociones que nos atacan de vez en vez a todos ¡Qué sorna! Y qué fastidio también, saber que por pertenecer a la familia hominidae, y ser “sapiens” es implícito para nuestra existencia, utilizar el cerebro para inventar y generar buenos vínculos con otros homos, o en su defecto generar guerra y destrucción de nuestra propia especie, eso a grandes escalas, claro, pero a todos nos ha tocado coexistir con los que pudieran considerarse “demonios personificados” que sin más ni más, aprovechan su pequeño entendimiento para vivir intensamente fastidiando al prójimo… Es claro que hay humanos que no usan la conciencia, y que en su afán de seguir iniciativas de los insensatos, resultan peores que cualquier otra especie, porque en vez de generar evolución y crecimiento para el bien de la comunidad, sólo la afectan. Creo que en vez de que estemos divididos por clases sociales en base a la economía, debiéramos de estar divididos por coeficiente intelectual, como bien decía Aldous Huxley en “Un Mundo Feliz”… O no sé, mejor como una colonia de hormigas, y a los que sean débiles, poco inteligentes o que tengan invertido el juicio, como los que se creen “buenos” (hay tanto pendejo así… Nos invade la doble moral) los que se quieran comer a las larvas o fastidiar a la reina, que no generen el bien de la colonia, se los deberían de comer los más fuertes, erradicarlos, fin total. Es ahí cuando la ilusión de un Dios omnipotente me invade pacíficamente, estaría extraordinario, que de pronto apareciera una manota de entre las nubes del vasto cielo (imaginando que Dios tuviera poderes tipo Ryu) y le saliera un “oriuken” que quemara a tanto psicópata.

Hay algunas similitudes con la realidad, en eso de la cadena alimenticia humana, pero entre homo sapiens hay iniquidad, se usa la fuerza para comerse a quien sea, así sea alguien que haga el bien (por poner un ejemplo, ahí tenemos a Jesús…) Debiera ser natural, que si yo ser normal, independiente y libre, siento que se me acerca un humano malo, irracional o traumado, me lo pudiera comer sin chistar, porque estaría legalizado por la colonia ¡Jajajaja! (me divierte lo que a veces pasa por mi mente, porque me imaginé con cuerpo de insecto)

Una vez descargada la ira contenida, jajaja, puedo continuar con prudencia.

Sí, soy mordaz en mis pensamientos porque a veces me indigna esta sociedad en la que vivimos. A nivel personal, me entristece haber estado cegada de vez en vez y haberme dejado llevar por inseguridades, me preocupa que exista gente que utilice su triste historia para volverse tiranos y tratar de engatuzar a nosotros los locos.

El loco es aquél que va confiando, aún en contra de todas sus experiencias. Tú lo engañas y él confía en ti; Y lo engañas nuevamente, y él continúa confiando en ti. La mayor parte de la gente lo considera un “loco” que no aprende. Pero su confianza es tremenda; su confianza es tan pura que nadie puede corromperla.

A través de los años, ser uno de los locos, me ha enseñado a vivir, no construyo paredes de conocimiento alrededor mío, sólo dejo que las experiencias vengan a mí, dejo que sucedan y las voy eliminando… Como si fuera un bebé. Esto es duro porque algunas veces pareciera que la gente toma ventaja sobre mí, pero yo los dejo… He sufrido decepciones, engaños, etc. Pero en realidad lo que es mío, nadie ha podido quitármelo, ninguna situación me corrompe y mi alma y mi conciencia son cada vez más cristalinas.

En fin, las vivencias han sido duras, las enseñanzas muchas y mi conciencia entra en estados de pasividad, sé bien que el resultado de la humanidad en la actualidad tiene un contexto profundo y triste, sé bien que detrás de cada persona hay diversas historias, algunas llenas de sufrimiento e infortunios, sé que es duro a veces confiar y cada vez es más difícil amar. La compasión pareciera ser un término que está en extinción. Es difícil demostrar un sentimiento tan fuerte si no existe una apertura natural para recibir amor, qué ganas de poder abrazar al mundo y que la frustración desaparezca, pero eso es poco menos que imposible.

Penosamente, todos hemos caído en patrones de conducta en donde quedamos atrapados en ese remolino de emociones, que da vueltas sacudiéndonos intensamente, a veces nos sentimos felices, pero días después caemos en tristezas absurdas, todo a una velocidad estrepitosa porque nos resignamos a un acondicionamiento que quizás viene desde nuestra infancia y repetimos y repetimos, por la necedad imperante de nuestro cerebro por alejar la felicidad, sin darnos cuenta que eso, eso se esparce como una epidemia.

Sólo me gustaría que al menos mi mundo, mi pequeño mundo integrado por mi familia y amigos supiera que… Mi intención está plantada en todas las decisiones que tomo en mi vida, y es que vivamos felices y alertas, disfrutando cada día, aunque el resto no sepa lo que eso significa.

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