Tu opinión es importante...

30 julio, 2009

FUEGO

Corazón al rojo vivo,
incandescente,
Esperando optimista
acalles su fuego.





En su represión ambigua,
de amor cesante,
Se quema y arde
con sublime deseo.

Se aviva la brasa,
caprichosos bufidos
Que enardece la rabia
del amor escondido.

Sosiega esta hoguera
que exalta el recelo,
Que cierra los ojos,
Que me llena de miedo.

Acerca tu beso,
manantial apacible,
Para que extingas la furia,
De mi alma impotente.

Chispeante que arde,
La brasa persiste,
Anhelante de abrazo,
De pasión perceptible.

20 julio, 2009

ALSEID - EL SONIDO DE LA ANGUSTIA (2)

LA PESADILLA

Hay manantiales en esa parte, de dónde todas las mañanas entra el Sol a darme la bienvenida, y hoy no fue la excepción. Minutos antes de abrir los ojos, estando perdida entre los brazos de Morfeo, arremetió esa pesadilla que viola mi cerebro todas los noches, ese trastorno recurrente que perturba mi sosiego, cada día, previo al amanecer. Es perseverante, atroz.

- BlooOOop, blooOoOop - Habla el sonido de la angustia - Ese golpeteo del cual les platicaba anteriormente -

Inicia con el sonsonete apenas perceptible, del gotear acústico al interior de la cueva. Comienza suavemente, y poco después parecieran acordes de un violonchelo (en su nota más grave) en una sinfonía de terror, como si este lugar tomara vida, y el ruido fueran los sollozos de su alma en el punto álgido de dolor. Así se escucha en mis sueños y yo me imagino, boca abajo, en mi lecho (creado de musgos y ramas) y una presión externa, omnipresente, empuja mi nuca con fuerza, yo no puedo moverme, sigue empujando hasta que esa comisura de roca (mi cama) va fundiéndose lentamente. La sensación es de asfixia, y percibo el estrujamiento de todo mi cuerpo sumergiéndose lento y apretado, como si hundieras un dedo en una pelota creada del intestino de algún animal muerto, llena de agua con arcilla. No veo nada en esos momentos y todo se centra en impresiones espeluznantes; de ahogo, opresión, acaloramiento. Siempre que sueño esto me he preguntado - ¿Podrás morir mientras duermes, por todo aquello que guardas en la cabeza? – Pero al parecer, esto no es posible, porque siempre despierto al borde de la locura, jadeando de agobio, con el corazón palpitando acelerado, sudando y con sed, mucha sed.

Recién abro los ojos, agitada, siempre volteo preocupada a ver todo mi cuerpo, me manoseo de pies a cabeza y ¡Sigo viva! No me muero, ni enloquezco, ni la cueva habla, ni las goteras son pequeños violonchelos del mal, ni mi cama es maleable. Es sólo mi cerebro, que le encanta jugarme bromas pesadas todo el tiempo y sigo espantándome del mismo delirio, porque como les decía, es repetitivo. Ese mismo sueño, varias noches. Es absurdo y a veces me río de esos viajes gratuitos que genera mi mente, es como vivir emociones fuertes, sin necesidad de moverte, a veces es mayor la intensidad de mis sueños a la realidad. Recuerdo esa vez, cuando me llevó la corriente del río ¡Su cauce era estrepitoso y violento y sus aguas me expulsaron por la cascada! (les contaré posteriormente sobre ella) esta tiene una altura significativa y caí libremente, -¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh! - Grité… Hasta hundirme en la laguna.

- ¡Sí! ¡Fue emocionante! - Esa vez me descalabré, pero me divertí de verdad. En cambio, en mis pesadillas, no tengo heridas, pero la sensación es bastante desagradable, me desanima y es difícil iniciar un nuevo día. Las llagas son internas.

continuará...

12 julio, 2009

ALSEID - EL SONIDO DE LA ANGUSTIA

... leer "Alseid - El origen de mis memorias"
El goteo de las estalactitas en el fluir del río subterráneo que corre por mi hogar, resulta una melodía sedante por las noches y una alarma estridente que retumba incesante, interrumpiendo mi sueño todas las mañanas, gota a gota, una tras otra, estremeciendo mi cerebro hasta el punto de erizar mi piel. Es el sonido de la angustia de un nuevo día.

Pudiera cambiar de residencia, pero en mi cueva la temperatura es cálida, a diferencia de la intemperie en donde oscilan temperaturas debajo de los -40ºC, por la noche. Aunque mi cuerpo soporta las inclemencias del tiempo, cuando la luna brilla con mayor intensidad, arremeten violentas ventiscas y los cristales de hielo son como agujas que se entierran en la piel, lacerándola y congelándola al instante, ocasionando gangrena algunas veces. Por el frío extremo, la temperatura corporal desciende bruscamente y pierdes la consciencia, te duermes… Días, meses.

Esto, yo lo viví en carne propia y fue aterrador. Desafortunadamente fallé en mi intento de perecer y puedo contarles la experiencia, cada que volteo a ver las tenues cicatrices que permanecen en mis piernas, me obligan a recordar la zozobra que me acompañó durante años, evocando aquél suceso que marcó mi vida y por el que me atreví a desafiar a la obscuridad, aún habiendo advertido todos los peligros.

Sí (suspiro)… fue aquél día, aquél abrumador día, en donde salí corriendo despavorida, esperando con ansia que me robase una estrella. Es sólo que cuando Él o esa fuerza suprema antepone su potestad a tus deseos (aún teniendo todas las estadísticas en contra) te muestra la vida cantando victoria, bailando animosa frente a tus ojos tristes. Quizás porque hay algo que debes cumplir antes de irte, quizás porque la vida te enseña a secarte las lágrimas, para tolerar ventarrones, y grandes dolores. Ya no quiero recordar esto… Tal vez después decida contarles qué fue lo que me pasó, por ahora prefiero omitirlo, porque me tiemblan las manos y comienzo a sudar. Me pone nerviosa.

Mejor intentaré narrarles claramente lo que Alseid ve a diario y probablemente juntos encontremos un motivo, paso a paso quizás me ayuden a recuperar esos momentos de esperanza que he perdido, que se escondieron en alguna parte de mi corazón y están tan enterrados, que casi me sofocan.
Mientras tanto, caminemos juntos por esta bella y desolada inmensidad, en donde abundan hermosos colores a la luz del Sol o la luna. Los paisajes son versátiles, dependiendo de la intensidad del fulgor de nuestra magna estrella en diferentes horas del día, aunque estés viendo el mismo lugar, todo parece distinto conforme transcurre el tiempo. Así pasa conmigo también, es como si la luz rigiera mi vida.
Continuará...