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20 noviembre, 2007

KARLA & LA MOSCA


Haré un ensayo sobre cómo percibo mi actuar recíproco entre mi ser y un objeto, animal u otro ser humano. Para ésto estoy tratando de analizar conductas acondicionadas que he ido forjando a través de los años, gracias a mi entorno.. Híjole... todo lo que me rodea...

Comencemos.

En este momento, una mosca vuela a mi alrededor... me estoy mosqueando, literal. Y pienso que mi cuarto está justo a un lado del baño de mi gato. La mosca de pronto ha confundido que no es aquí donde debiera volar... -¡pinche mosca!- pienso -Es en el cuarto de servicio, es ahí donde se encuentra tu alimento, una suculenta y olorosa mierda de felino que segúramente está rebozada con arena pa gatos...- -¡con razón!- reitero - Qué flojera indagar entre partículas de roca disgregadas (haciendo la función de un empanizado perfecto e impenetrable) para que, quizás, ni siquiera esté tan rico, todo ese esfuerzo para llegar a las heces de un gato, el proceso final de la digestión de un animal que come ¡¡¡ WHISKAS !!!! y si supiéramos, que sólo son las croquetas remojaditas y procesadas como carnita molida, pero noooo, es más... sólo son los pinches restos de lo que el tubo digestivo del pequeño mamífero no quiso absorber, y si a eso le añadimos que tienen juguitos gástricos, un poco de bilis... y por eso su color medio café verdoso u amarillento, noo, no mames... - por eso vuelas en círculos ¿verdad mosquita? o acaso ¿huelo a mierda? (jajaja, qué idiota soy)

Ok, continuemos con el análisis.

La mosca, si tuviera el raciocinio que nos caracteriza a los seres humanos, segúramente estaría pensando lo mismo de mi. -Pinche Karla- diría la mosca. -ya salte a orear un poco- -¿aquí qué chingaos buscas?-
El resultado del exámen psicoanalítico que la mosca en cuestión haría sobre mi personalidad, sería, sin duda, más complejo si tomamos en cuenta que, yo como un buen "homo sapiens", no formo parte de la orden de los dípteros, no soy saprófaga, ni me la paso cada dos días desovando en cada rincón reproduciéndome desmedidamente (aunque hay seres humanos que casi lo logran)... Sí, tenemos cosas en común, tenemos cabeza, tórax, abdómen y partículas bucales que perforan, lamen y succionan (jejeje). Sólo que ella, la mosca que me circunda, utiliza estas últimas para lamer caca y succionar sangre de vez en cuando... -¡mta qué hueva!- pienso. Yo utilizo mi boca para otras cosas ricas... ¡punto para el ser humano!.

Si se dan cuenta, ya no le estoy dando crédito al criterio mosquiano... Porque bien sabemos que yo, si salgo, sería en búsqueda de todas aquellas cosas que son menester para la conservación de la vida.

Hablemos de alimento. Hay muchas cosas deliciosas; si decido caminar unos pasos encuentro mi refrigerador y una rebanada de jamón, resulta un manjar, en el caso de que tenga hueva de guisar algo (si además caemos en cuenta que no sé hacerlo... gracias) Desde un pedazo de queso hasta un buen platillo en un restaurante de lujo, aburguesando mi insignificante estadía en el inmenso universo. Aunque sé bien que son cosas irrelevantes y vanas... me gusta disfrutar de un buen vino, acompañando un platillo de nombre rimbombante "Langue de bison à l'estragon" (muy mamón, pero lo he comido) y que finalmente esos cientos o miles de pesos gastados en "alimento", terminarán en el water... en un pedazo de caca... que alguna mosca lamerá. E inevitablemente, llegando hasta este punto de la reflexión, me remonto a un suceso bastante desagradable, alguna vez caminando con la boca abierta, me tragué una mosca, una mosca que a su vez tragó mierda, mierda humana o mierda felina... da igual, conclusión, yo tragué mierda... Ok, la mosca va ganando.

Pero yo como ser humano, tengo más campo de acción y regreso a la contienda con mi compañera díptera con bríos, sabiendo que mi deliberación ante el examen de la vida, es mucho más fecundo y alegre que el de ella (estoy sonriendo).

Regresemos a la cena. A la cena en aquél lugar mamón, en donde iba en compañía de otro "homo sapiens". Es aquí donde la búsqueda de la efímera felicidad del ser humano, no se dirige únicamente a las necesidades básicas como coger, comer y cagar... Me refiero a emociones algo complicadas; amor, satisfacción, pasión, seguridad, tranquilidad, etc. Para ésto nos sometemos a la compartición de conmociones que se vuelven somáticas, así es, miradas sensuales, ademanes provocativos, sonrisas, caricias, pláticas... insulsas o interesantes, silencios que denotan respiraciones alteradas o que nos dan la pauta, para distinguir el acelerado latido de nuestro corazón. Adrenalina. Dependiendo de cuál sea tu objetivo en ese instante, toda tu energía está dirigida a ese momento culminante, llámese sexo, besos, el inicio de un romance, el éxito de un proyecto profesional... No sé, yo en ese momento iba dispuesta al amor.

Entre plática, risas... toqueteadas, de estar cada quien, en su lugar disfrutando de la comida terriblemente deliciosa, ahora los platos vacíos y las copas también, quién sabe de qué manera las sillas están ahora juntitas... y el roce con las rodillas es inevitable... y la sensación, bueno ¿qué les puedo yo decir? bastante amena. Hasta que llega el momento del beso, ya mejor decides no poner atención a la plática, escuché los puntos interesantes, suficiente ¿no? la calidez que produce el roce de otra lengua es inexplicable (JA, pinche mosca! eso no lo puedes sentir tú) de pronto, mta... un celular suena, es de él... del compañero en cuestión, del otro ser humano y de pronto... esa mirada que se fijaba plenamente en ti, interesada y sincera... se convierte en nerviosa y alterada, pupilas dilatadas... nerviosismo, hace la seña de -espérame tantito- con una sonrisa demostrando una falsedad sublime, si a eso se le puede llamar sonrisa... una mueca extraña... forzada. Yo río internamente y externo una sonrisa afable y hago la seña de -anda, aquí espero-

Por supuesto a su regreso, yo lo veo como empanizado de arena para gato... y qué hueva indagar entre partículas de emociones y tendencias reprimidas asociadas a sus experiencias, que perturban el comportamiento del tipejo. Yo no soy saprófaga, pero sí huelo la neurosis a kilómetros de distancia. Ok, la mosca gana.

Sí, yo también ando en círculos, aquí, como ella y yo no tengo alas !!! puta madre.

Cultivar las exigencias que cada uno nos planteamos, porque en ellas se ve reflejado el valor propio. Esa siempre ha sido mi meta, eso busco en aquellos que se topan en mi camino y en algunos he visto mi parte más bella y en otros... la más ruin. También me pude observar en una mosca...

Por eso he decidido acabar con su miseria, tomo un periódico y acabo con su perturbador zumbido.

A veces también comemos caca pensando que es un platillo suculento. En fin, así es la vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Le acabas de dar un nuevo significado a la frase "come mierda".
Me gustó mucho la manera en que equiparas cosas de la vida ordinaria, entre un ser humano y una mosca.
Te estilo de escribir también me agrada, se me hace muy natural y fácil de asimilar.
Igual, una que otra cosa de redacción, pero ya la discutiremos con un buen vino y una torta de jamón, total, si lo que comemos acaba siendo alimento de moscas no tenemos por que ser tan quisquillosos.
Una vez más, gracias por compartir con nosotros tus pensamientos.

Anónimo dijo...

Hola:

Realmente me hizo reir mucho tu publicación, te salió del alma, de esos días que andas inspirada "hasta porque pasa la mosca" y logras hacer de esta cosa tan ordinaria, una reflexión profunda y de conocimiento del
"yo" interno que muchos todavía no logran descubrir...

Te mando muchos saludos, amiga, siempre sé así, tú misma sin máscaras y paradigmas, lograrás convertirte en la persona que crees que eres....

....E. Collazo.