Tu opinión es importante...

25 julio, 2007

ESPERO... (con dedicatoria a alguien muy especial)

No existe reciprocidad...

“Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad...

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho ni es poco, es bastante. En una semana se pueden reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la Tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos personas que no se dicen nada.

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura... No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana de ti”

No pretendo que me entiendas, se que es difícil; sólo trata de oler, de sentir; percátate de lo que mi mirada esconde detrás de la melancolía de ver frustrado mi absurdo e inagotable sueño, en donde el protagonista suele ser tu incesante y arrogante forma de ser, seguida de tu caricia, de tu silencio, de tu miedo. Un beso y después de ver envuelta y seducida mi alma, nos reducimos al vacío y despreciable arrebato del deseo, sólo cuerpos.

Mi cuerpo fusionado con mi alma, que únicamente persigue tu nombre. Yo empapada de amor, sólo he pretendido demostrarte lo que siento, respiro diario tu ausencia, alimento mi ilusión con besos y caricias ficticias, enciendes mi deseo, mordisqueas mi alma, nos amamos, volvemos a amarnos. Descansamos y acaricias mi espalda, observo tus ojos y quisiera leer en una lágrima remota que mi lucha ha encontrado después de este lento martirio: la victoria, que se resume en que después de tanto tiempo, me permitas probar la savia de un beso sincero, abrazar tu corazón, tocar tu alma, conocer tu vida. Y amarnos, desearnos y volvernos a amar...

Todo esto es lo que implica tu presencia en mis sueños, desde que de forma repetitiva, tú acaparas mi pensamiento, dándole a lo que en su esencia suena como un cántico de veneración a la vida; en esta larga espera, ya toma matices de un enorme dolor y ahora traduzco mis noches a interminables sesiones de insomnio, por no vivir, respirar y despertar intentando rescatar mi corazón, que por latir tan intensamente, pareciera salirse destrozando órganos aledaños, rasgando mi piel... sangrando; pareciera que quisiera huir de tanto sentir, de saberse no reconfortado, no querido, no amado... Esto es ya una pesadilla.

Me dueles ¿sabes? Me dueles hace horas, días, meses... Me dueles en todo momento, aunque por diversas situaciones tenga que aparentar lo contrario, aunque por darle gusto a gente parca, deba sonreír y mostrar mi faceta más vana, aunque deba ocultarte inclusive a ti, mi intensidad, para no alejarte... irónico ¿no es así?

¡Ay amor! Sí, yo también quisiera ser más simple, poderle dar gusto a mis deseos, entregarme por doquier y besar y desear sin amar, aunque lo he intentado inmiscuyéndome en mentes que dan una presentación amigable, quienes logran trasminarse en la primera capa de mi alma y logran un beso sincero, quienes sorprendidos por la transparencia y esperanzada soledad de mi corazón, luchan por afianzarse a la segunda capa de mis sentimientos, como en un laberinto, trazan aciertos al elegir el camino correcto. Interesados, deseosos, curiosos y tal vez abrazando los primeros néctares de mi amor, deciden continuar. Miradas, caricias, pláticas, que en mi soledad son como breves milagros, gotas de luz que llenan mis ojos vacíos; avanzan hasta que, sin yo haberles avisado previamente, se encuentran contigo. Sólido, injertado en el núcleo de mis sentidos, inamovible, impenetrable. Como una semilla germinando y que nadie se atreve a matar, porque a pesar de no haber alcanzado la total madurez, a simple vista causa deleite a quien la mira...

Estás arraigado a mí, envuelves mi corazón y ahora en vez de ser él, quien proporcione el líquido vital a mi torrente sanguíneo, eres tú quien con tu dulce sándalo fluyes por mis venas y me permites estar en pie, respirar, comer, beber, soñar... llorar, vivir.

Explícame ¿Cómo fue que tú lograste desterrar de mi alma a ese alguien que yo, con tanta dedicación y agonizante espera, logré que creciera dentro de mí, afianzando sus raíces a mi alma y órganos vitales? ¿Cómo fue que minuciosamente asesinaste lo que ya tenía un trozo de eternidad en mis sentidos? ¿Qué hiciste para que en la velocidad de la luz y con un silencio melódico tomaras posesión de mi espíritu? ¿Cómo me enamoraste? ¿Cómo quitaste esa pesadumbre que permanecía sofocando mi pecho en cuanto la soledad pareciera corroerme?

Ahora debo también preguntarte: ¿Cómo esperas que arranque de mi deseo y mi incesante algarabía tu invulnerable e inquebrantable esencia, que ha tomado posesión de cada ínfimo rincón de mi conjunto de emociones?

¿Cómo desterrarte si, sin necesidad de tenerte físicamente, todas las noches te platico, te acaricio, te hago el amor?

Espero curarme pronto de ti... aunque esto implique medicarme de por vida, aunque ésto implique vacunarme de ti.

3 comentarios:

Malena dijo...

¡Quihúbole Quirón! ¡Qué gusto verte convertida en blogger y que compartas tus escritos!(como éste en especial, que me ha gustado desde siempre).

Recibe un fuerte abrazo de la trucha.

Guillermo Abenuz dijo...

Guauuuu! Realmente despampanante! Me encanto, espero poder leer mas.
Super interesante e increible estilo, lo digo de corazon.
Venga!!

Anónimo dijo...

Me ha agradado mucho la forma como escribes.
Se puede percibir tu sensibilidad en cada letra del escrito.
Pocas personas pueden expresar sus sentimientos más profundos en forma tan bella y poética.
Gracias por compartir algo tan íntimo.
Me quedé con las ganas de un beso...