
Me amedrenta el cielo, quien tenaz me contiene de la impetuosa tentación de un beso, de tocarte hasta asfixiarte, de extraviarme en tu mirada para husmear ahí dentro, encontrar tu alma y pedirle que me estreche entre sus brazos encerrándome para siempre.
¡Aprésame, no importa! A pesar de que existan desaciertos o nos invada el arrepentimiento, aprisióname de libertad o libérame de esta prisión ¿qué mas da, si ya vivo cautiva? Si me han privado de sentir, si me han negado amar.
3 comentarios:
Ando de paseo con mi blog, me meti al tuyo y te dejo saludos!
Interesante blog, ya regresare con mas calma ok? por el momento tengo que partir!!
Gracias, bienvenido :-D
Le escribo el comentario a la niña interior, al alma incorrupta, que habita en tus escritos.
Aunque me gustaria ver a los ojos a la mujer que lo escribió.
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