"El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería" Discutamos sobre el remordimiento. Decidí escribir mis pensamientos relativos a esta sensación, debido a muchos sucesos que me aquejaron las últimas semanas y recordando una de las máximas del insigne Nietzsche (al pie de foto citada) este super pensador que ha embestido todos los rincones de mi cerebro estas noches, trémulo y amenazante con la mirada perdida, medio bizco... con la mata alborotada, pálido, con el diente amarillo, como logra imaginarlo mi mente en sus últimos días, en la absoluta sumersión de la locura que lo llevara a contradecirse en casi todos sus paradigmas, y que me hace concluir entre otras cosas que; por más invencible que supongamos es nuestra existencia, seguimos siendo seres humanos, mayormente caracterizados por su capacidad de conocer, de racionalizar y por lo tanto, sentir. Imposible suprimir las emociones, que son las que finalmente rigen nuestra existencia.
Nietzsche, era un ser humano... y aún pensando demasiado, acabó loco. Absurdo ¿no es cierto? (pero eso es la vida, una constante ironía).
La semana pasada comiendo con unos amigos, comentábamos que la condición de un psicópata es infrahumana, hablábamos del remordimiento o de esa sensación que internamente te carcome cuando sabes que cometiste un error, que muchos la hemos sentido y que a veces es tan fuerte que te nubla la razón y te orilla a incurrir en más y más desaciertos. En ese momento no indagamos más sobre el tema, yo sólo rememoré en voz alta al maestro diciendo - Bueno, Nietzsche decía que el remordimiento es una tontería - Acabó nuestra conversación y continué analizando mi propio argumento sola. Comprendí el contexto de la premisa de uno de mis ídolos, que no había profundizado con anterioridad y que ahora lo externo escribiendo (que es donde mis ideas se concatenan con mayor libertad) para todo el que lea este ensayo. - El remordimiento es una estupidez en sí... - aseveré con total convicción internamente. Y apartir de esa certeza surgieron nuevos cuestionamientos que iré respondiendo personalmente, ahora no quisiera desviarme del objeto de la sensación de culpa, del arrepentimiento.
En efecto, es una colosal tontería arrepentirse, porque recordemos que somos seres conscientes de nuestros actos y por lo tanto podemos elegir si realizamos o no una acción, pero somos humanos y lo repito nuevamente tratando de perseguir la verdad, buscándole una respuesta al pie de foto y a ese estímulo que nos vuelve débiles y totalmente irracionales, que nos ciega en ocasiones y destroza la reflexión y las buenas elecciones. . . En mi opinión no hay un veredicto analítico que explique las peculiaridades fehacientes de la estupidez humana, es todo más simple, deberían de sanar nuestra alma y no el cerebro, debería de trabajarse con el amor y no con el raciocinio, aunque van ligados, obviamente, pero no se puede seguir una serie de teorías inconsistentes de la idiosincrasia a un nivel histórico, cuando el ser humano ha cambiado y cuando lo que nos circunda indiscutiblemente, también. Es evidente que por un lado el ser humano no confía en su propia raza, es evidente que no tiene esperanza, pero también es obvio que... somos HUMANOS y todos buscamos algo en qué creer, hasta el propio Nietzsche y su nihilismo (su negación ante Dios) todos buscamos amor por que es una de las condiciones que nos caracterizan, por el hecho de ser Sapiens - "sabio", "capaz de conocer". Pensamos y por lo mismo sentimos, no al revés... No por ser más sabio eres insensible, como ahora se pretende, tratar de suprimir emociones para no sufrir... el hombre siente y por lo tanto sufre y goza, punto, por qué no mejor aceptarlo y elegir correctamente, dejando las sensaciones fluir, pudiendo externar lo que se piensa y no temiendo a lo que pudiera suceder, que por lo regular nos orilla a errar, es mejor abrir el corazón y entregarlo ciegamente. Aún Nietzsche y su marcada aversión a la fe o todo lo relacionado con lo supremo o intangible buscó siempre algo en qué creer, buscó resguardo, era un ser humano.
Nietzsche, hablaba del Superhombre, un hombre vital que ama la vida y el mundo, un hombre que cuando contrae una decisión realmente la quiere tomar y no se arrepiente de sus actos, un ser que está consciente de que la vida es en parte dolor y en parte gozo, pero no reniega de ello. Bastante coherente ¿cierto?... Nietzsche nunca creyó en un ser supremo, no confiaba, a pesar de que la descripción que nos da de un Superhombre, yo puedo citarla para varios seres humanos que alcanzaron altos grados de espiritualidad.
Para terminar, pfff. Ok, el remordimiento para personas con un trastorno psicopático, no existe, no son capaces de sentir culpa, debido a que sólo tienen como objetivo conseguir un fin personal, sin importarles a quien dañan o qué hacen para lograrlo, aunque jamás pierdan consciencia de sus actos (es por ésto que no se les considera enfermos mentales) Quizás ahora estemos rodeados de gente que tenga este perfil, que nos topamos a diario, gente que a simple vista sea catalogada como simpática, inteligente, pero que en el fondo no tenga ningún principio moral, que pueda matar o violar o estafar sin sentir remordimiento, finalmente arrepentirse es estúpido, pensando que vivimos en un entorno fuera de principios y criterio propio... ¿qué más daría?
Entonces, evaluemos nuestras condiciones de humanos antes de querer enfrascarnos los 365 días, 24 hrs. al día en el trabajo, evaluemos que somos humanos antes de ver a los demás como inferiores a nosotros, evaluemos que no es posible utilizar a los demás para conseguir fines propios, evaluemos que todos sufrimos y todos gozamos en igual o mayor medida, no hay que juzgar y vivamos libres, porque de lo contrario todos nos volveríamos psicópatas o quizás ya lo seamos, porque tristemente... el día de hoy hay matanzas entre nosotros mismos, sin mayor remordimiento y cada vez son más comunes.