Se deshoja el cielo cada que pienso en tu mirada,
y agito mis alas para estrujarme de esa página escondida,
que sólo yo sé, tiene tu imagen escrita.
Esta nube blanca, que asemeja un lienzo,
y tiene miles de colores de reflejos de Sol,
con tus ojos tenues, apenas en trazo,
que me invitan a hundirme en esa creación,
como si fuera tu alma arrullándome en su regazo.
Te respiro hondo porque eres mi cielo,
como si fueras un libro abierto,
y tu celaje colmado de sed de historia,
cómo páginas en blanco,
que compartes a diario,
para llenarlas de color.